Blefaroplastia en Gijón y Santander

La mirada es una de las partes más importantes del rostro. Su aspecto puede dar sensación de junventud y frescura o, por el contrario, de vejez y cansancio. Por eso, la blefaroplastia es una de las cirugías plásticas más demandadas y que mejores resultados ofrecen a los pacientes. Se suele llevar a cabo en los párpados superiores y en la zona periocular. Se trata, además, de una intervención no invasiva, con un periodo de recuperación corto y con unos resultados notorios y, a la vez, muy naturales.

Es normal que con el paso del tiempo la piel de los párpados pierda su elasticidad, dando lugar a pequeñas arrugas y un efecto de mirada cansada. También afecta a la zona inferior de los ojos, con el aparecimiento de bolsas y ojeras. Este exceso cutáneo y de grasa puede incluso generar problemas de visión al reducir el campo visual y no permitir una correcta apertura de los ojos. En todos estos casos, la blefaroplastia permite no solo conseguir una mejoría estética, sino también funcional de los párpados y la zona que rodea a los ojos.

El Dr. De Piero lleva años realizando intervenciones de blefaroplastia en Santander y Gijón, por lo que cuenta con una amplia experiencia en este tipo de procedimientos. Según explica, esta es una cirugía sumamente efectiva a la hora de rejuvenecer la mirada y el rostro.

Cómo prepararse para la blefaroplastia

Una vez se ha tomado la decisión de someterse a una blefaroplastia, el primer paso es dar con el cirujano adecuado. Como siempre señalamos, en este aspecto es de gran ayuda consultar el directorio de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), para verificar que el doctor elegido cuenta no solo con la formación adecuada, también con la experiencia y la licencia pertinentes. El Dr. De Piero forma parte de la SECPRE desde hace años y cuenta con varios casos de éxito que respaldan su amplia experiencia.
Otro paso fundamental es acudir a las consultas con el cirujano. Durante las mismas, el profesional realizará una completa exploración oftalmológica para verificar que el paciente presenta una correcta salud ocular y que no existe ninguna patología que contraindique la cirugía. Asimismo, estas citas son el momento ideal para compartir con el doctor sus expectativas y plantear todas las dudas que se le ocurran.
En los días previos a la blefaroplastia es de vital importancia seguir al pie de la letra las indicaciones del cirujano. Estas pueden incluir cuidados específicos de la zona a tratar, así como restricción de determinados medicamentos y, por supuesto, la recomendación de dejar de fumar varias semanas antes de la cirugía para asegurar una correcta cicatrización.

¿Cómo es la cirugía de párpados?

La blefaroplastia suele tener una duración de entorno a una hora, aunque esto puede variar en función de las zonas a tratar o si se hace en combinación con otra intervención. Generalmente se lleva a cabo con anestesia local y sedación y de forma ambulatoria. Es decir, tras pasar unas horas en observación, el paciente podrá volver a su casa, por lo que es recomendable que acuda acompañado el día de la cirugía.
Es importante tener en cuenta que hay diferentes tipos de blefaroplastia, en función de la zona a tratar. A saber:
– Blefaroplastia superior. Es la cirugía de los párpados superiores para atajar los cambios que se producen en los mismos con el paso del tiempo como flacidez y el exceso cutáneo. El objetivo es siempre conseguir un aspecto rejuvenecido, pero si provocar cambios significativos en el rostro que puedan hacer que el paciente no se reconozca. En este caso, se realiza una incisión sobre el pliegue natural del párpado superior, de forma que la cicatriz quedará oculta por el mismo. A continuación, el doctor trata el exceso de piel y grasa, sin afectar a músculo orbital.
– Blefaroplastia inferior. Es la cirugía de los párpados inferiores que permite corregir problemas como bolsas, laxitud, pliegues y arrugas. Se trata de una técnica completamente personalizada, que se debe adaptar a la situación de partida de cada paciente para garantizar que el resultado sea completamente natural. Para eliminar las bolsas y exceso de grasa, se suele realizar una incisión transconjuntival, por el interior del párpado. De esta forma, no solo hay un mejor acceso a estos cúmulos de grasa sin necesidad de tocar el músculo orbicular. También garantiza que la cicatriz será completamente invisible al encontrarse en la zona interior. Si además es necesario tratar un exceso cutáneo, se puede realizar una incisión justo debajo de las pestañas inferiores, de forma que esta cicatriz tampoco será apenas visible.

El post operatorio de la blefaroplastia

Inmediatamente después de la cirugía de párpados, el paciente permanecerá unas horas en observación. En este tiempo, el personal médico controlarán en todo momento su estado y, pasadas unas horas recibirá el alta y podrá regresar a su domicilio.
Es perfectamente normal notar, durante los días siguientes a la blefaroplastia, visión borrosa debido a los productos empleados para lubricar y proteger los ojos, lagrimeo, sensibilidad a la luz, entumecimiento, hinchazón, moretones y un leve dolor. Todos estos síntomas son habituales, se pueden tratar con la medicación prescrita por el cirujano e irán remitiendo con el paso de los días.
Es fundamental seguir a rajatabla las indicaciones del doctor y tomar la medicación que le haya recetado. Asimismo, puede ayudar a aliviar las molestias el uso de compresas frías durante varios minutos en los primeros días tras la cirugía, así como dormir con la cabeza elevada. Asimismo, es básico evitar restregarse los ojos y protegerlos de la radiación solar.

Los resultados de la blefaroplastia

Aunque pueda parecer lo contrario por tratarse de una zona especialmente sensible, lo cierto es que la recuperación de la blefaroplastia es prácticamente indolora y breve. Eso sí, los resultados son visibles y duraderos. De hecho, en función de de la edad a la que se realice la cirugía de párpados y de las condiciones personales de cada paciente, pueden llegar a durar toda la vida.
En el caso de la blefaroplastia superior, las cicatrices pueden tener un color más rosado durante los primeros meses para ir atenuándose poco a poco. De todas formas, como ya se ha señalado, esta marca queda camuflada en el pliegue natural del párpado, por lo que apenas es visible. Para la blefaroplastia inferior, las cicatrices casi no se verán, ya que o bien la incisión se realiza en la zona interior o justo debajo de las pestañas.
Según indica el Dr. De Piero, experto en blefaroplastia en Santander y Gijón, como resultado de la misma, el paciente notará un rejuvenecimiento general del rostro. La cirugía de párpados acaba con signos visibles de la edad como la flacidez y el exceso cutáneo, la mirada cansada, las pequeñas arrugas y las bolsas bajo los ojos. Esto hace que, de forma inmediata, se aprecie una mirada mucho más abierta y fresca, mejorando incluso la funcionalidad ocular y permitiendo gozar de un campo visual más amplio. Si la blefaroplastia se lleva a cabo de forma correcta y por un profesional cualificado, como el Dr. De Piero, el resultado final será notorio, pero sumamente natural. Es decir, el paciente no tendrá la sensación de que su rostro ha cambiado, sino de que ha dado marcha atrás en el tiempo, recuperando la mirada y la cara que tenía cuando era varios años más joven.

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