Rinoplastia en Gijón y Santander

Como sucede con la mirada, la nariz es un elemento central del rostro. Un exceso de desarrollo o defectos en su forma y posición pueden modificar la apariencia de una persona. Además de la estética, esto puede tener efectos funcionales, dificultando la respiración. Es por eso que la rinoplastia es una de las cinco cirugías plásticas más demandadas en nuestro país. De hecho, según los datos que ofrece la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (ISAPS), solo en 2020 se realizaron más de 10.400 intervenciones de este tipo en España.
Según indican desde la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), la rinoplastia es la cirugía que permite modificar la forma y el tamaño de la nariz. El objetivo siempre va a ser mejorar el aspecto general del rostro, buscando la armonía entre este y la nariz. Por ese motivo, se trata de una intervención completamente personalizada, cuyas técnicas y resultados van a depender en gran medida de la situación de partida. También de los rasgos, la piel e incluso la raza del paciente. Pero la rinoplastia no solo persigue un objetivo estético, también puede solucionar problemas de funcionalidad. En estos casos, se suele conocer con el nombre de septoplastia o rinoseptoplastia, al trabajar no solo con el cartílago, sino también con el tabique nasal.
El Dr. De Piero es experto en la realización de cirugías de rinoplastia en Santander y Gijón. Gracias a su técnica, consigue solucionar problemas como un excesivo desarrollo de la nariz, eliminar el antiestético caballete o modificar la punta. También es posible corregir desviaciones en el tabique nasal que provocan problemas respiratorios y de sueño. Además, con su cirugía el doctor puede reducir las fosas nasales y modificar los ángulos de la nariz con otros elementos del rostro como la frente y los labios.

Antes de la rinoplastia

Antes de someterse a una rinoplastia en Santander y Gijón se debe tener claro que se es candidato. Si bien no existe un límite marcado de edad, los profesionales recomiendan esperar a los dieciocho años. Por un lado, a esta edad la nariz ya se ha desarrollado por completo. Ademas, es una forma de asegurarse de que es el propio paciente quien desea operarse, y no sus progenitores.
Son candidatas a una rinoplastia aquellas personas que presentan problemas de forma o tamaño en la nariz. Estas irregularidades pueden tener origen congénito, pero también pueden ser resultado de lesiones o enfermedad. En todos estos casos, es fundamental que el paciente tenga unas expectativas realistas. Será el cirujano quien se encargue de analizar no solo la situación de partida de la nariz, también los rasgos generales de su rostro. De esta forma, se busca obtener no solo una nariz equilibrada en sí misma, también en armonía con el resto de la cara.
Por este motivo, la elección del profesional es fundamental. Una buena opción es comprobar que el cirujano elegido forma parte de la SECPRE. Esto garantiza que cuenta no solo con la formación adecuada, también con las licencias y permisos pertinentes. El Dr. De Piero forma parte de esta prestigiosa sociedad desde hace años y cuenta con varios casos de éxito que avalan su trayectoria.
Una vez seleccionado el cirujano, el paciente debe acudir a las consultas previas con el mismo. Durante estas citas, el doctor realizará los exámenes pertinentes y será, además, el momento ideal para plantear todas las dudas. Asimismo, el profesional guiará al paciente a la hora de tener unas expectativas realistas y de elegir la mejor técnica.

¿Cómo se realiza la rinoplastia?

La cirugía de nariz suele durar entre una y dos horas, dependiendo de cada caso. Por norma general, se realiza bajo anestesia general y requiere que el paciente se quede hospitalizado durante la primera noche. En algunos casos leves también se puede llevar a cabo con anestesia local y sedación, para que el paciente esté relajado.
Durante la rinoplastia, se realiza una incisión en la zona inferior de la nariz o en el interior de los orificios nasales, mediante la cual se separa la piel su armazón. Este cuenta con una parte superior de hueso y una inferior de cartílago. En función de estado inicial de la nariz y de los resultados que se desean obtener, durante la intervención se puede trabajar solo una de estas partes o ambas. En algunas ocasiones más complejas puede ser necesario realizar otro tipo de incisiones.
Una vez que se la esculpido la nueva forma de la nariz, el cirujano procederá a colocar la piel de nuevo y a cerrar la incisión. A continuación, colocará una férula o yeso que se deberá llevar durante varios días, así como unos tapones nasales.

La recuperación de la rinoplastia

Durante la primera semana tras la rinoplastia es completamente normal presentar edemas y hematomas tanto en la nariz como en su entorno. Asimismo, en algunos casos puede haber otras molestias, como dolor o sensación de congestión nasal. No obstante, estas molestias se pueden atajar con la medicación recetada por el cirujano e irán remitiendo pasados los primeros días. Eso sí, la hinchazón de la nariz se suele prologar durante varias semanas. Aún así, esto no impedirá que el paciente pueda comprobar los cambios en el mismo momento en el que se le retire la férula.
Además de seguir al pie de la letra las indicaciones de su cirujano y tomar la medicación pautada, se recomienda mantener la cabeza elevada durante las dos primeras semanas. Esto ayudará a combatir la hinchazón y la sensación de congestión. La actividad deportiva deberá interrumpirse durante las primeras semanas para evitar golpes y otras complicaciones. Pasado este tiempo, se puede ir retomando el ejercicio, siempre de forma moderada y con precaución.
Otros consejos que suelen dar los profesionales son:
-utilizar protección solar alta en la zona
-evitar sonarse la nariz y hacer esfuerzos durante el primer mes
-evitar el consumo de bebidas y alimentos muy calientes en los primeros días
-no utilizar gafas hasta pasado el primer mes

Los resultados de la rinoplastia

Como ya se ha comentado, los resultados iniciales de la rinoplastia ya son visibles en el momento en que se retira la férula. No obstante, hay que tener en cuenta que la inflamación persistirá durante varias semanas, por lo que no será hasta pasados unos meses cuando se pueda ver el resultado final. Este es un cambio permanente, de ahí la importancia de que el paciente esté correctamente preparado antes de la intervención. Es fundamental el papel del cirujano a la hora de explicar cómo van a ser los resultados y qué se puede esperar de la rinoplastia. Es muy importante también que el paciente sea estable psicológicamente y consciente de que esta cirugía de nariz permite corregir su forma y tamaño, pero no hacer que, por ejemplo, nos parezcamos a otras personas.
En cuanto a las cicatrices, si el cirujano ha optado por realizar las incisiones en el interior de las fosas nasales, serán completamente invisibles. Si, en cambio, se han realizado en la base de la nariz o en la columela, la marca puede aparece rosada durante los primeros meses. No obstante, la cicatriz se irá atenuando con el paso del tiempo y los cuidados correctos, hasta ser prácticamente inapreciable.

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