Reducción Mamaria en Gijón y Santander

Los pechos demasiado grandes pueden ser un serio motivo de preocupación para muchas mujeres. Generalmente, se deben a la genética, los cambios hormonales y el aumento de peso. El exceso de tejido mamario y grasa produce molestias estéticas y físicas. Desde dolores de cuello y espalda, a infecciones en el surco submamario. La cirugía de reducción de pecho es sumamente efectiva, según reconocen las propias pacientes. Es por ello que, según datos de la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica y Estética (ISAPS), solo en 2020 se realizaron más de 7.200 mamoplastias de reducción en España.
El Dr. De Piero es experto, desde hace años, en reducción mamaria en Santander y Gijón. Esta cirugía elimina el tejido glandular, la grasa y la piel para crear o restaurar un contorno corporal más proporcional. Esto permite, además, que la paciente consiga unos senos con mejor forma y sensación de mayor firmeza. Asimismo, las molestias generadas por el excesivo desarrollo de la mama desaparecen.

Candidatas para la Reducción Mamaria

Los senos voluminosos atraen una atención innecesaria y resultan incómodos. Muchas mujeres con senos demasiado grandes sufren molestias en la espalda, el cuello y el pecho. También suelen experimentar erupciones cutáneas, rozaduras y hendiduras en los hombros como resultado de la presión de las tiras del sujetador.
Las candidatas para la reducción mamaria sufren efectos secundarios emocionales o físicos causados por los pechos grandes. Las mujeres que no fuman, gozan de buena salud general y tienen expectativas realistas de los resultados, pueden ser candidatas a este procedimiento.
Las mujeres que tienen un pecho demasiado grande pueden desarrollar problemas de salud como:
• Dolores continuos en la parte superior de la espalda, cuello y hombros. Además, unas mamas grandes suelen modificar la postura corporal, acentuando el encorvamiento.
• Formación de un surco en los hombros debido a la presión que ejercen los tirantes del sujetador. Estas marcas, además de antiestéticas, suelen ser dolorosas para la paciente.
• Limitación del ejercicio a pesar de los sujetadores reductores y deportivos. Hay determinadas actividades físicas que pueden resultar incómodas y causar dolor en los senos.
• Problemas cutáneos en el surco submamario con infecciones recurrentes y maceraciones continuas. Esto se debe al continuo roce que provoca el desarrollo excesivo de la mama.
• Complicaciones psicológicas encontrando dificultad para encontrar prendas que se ajusten, sentimiento de falta de atractivo físico…
Para llevar a cabo la intervención, es recomendable esperar hasta que el pecho se haya desarrollado por completo. No obstante, también puede realizarse antes si las molestias físicas son excesivas o los problemas psicológicos son invalidantes.

Prepararse para la Cirugía

Antes de someterse a una mamoplastia de reducción es fundamental dar con el profesional adecuado. Para ello, es aconsejable consultar el directorio de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética. De esta forma nos aseguramos de que el profesional cuenta con la formación y las licencias pertinentes para operar. Asimismo, un buen método para dar con el profesional adecuado, es preguntar a otro profesional de la medicina con el cual tenemos contacto, por ejemplo, nuestro ginecólogo o nuestro médico de cabecera.
Durante las citas previas a la intervención, el profesional se asegurará de que la paciente es lo suficientemente madura para entender en qué consiste la cirugía y cuáles serán las expectativas más reales. Es importante acudir a este tipo de intervenciones por voluntad propia y no por presiones de terceras personas. El Dr. De Piero estudiará el caso de forma personalizada para asesorar sobre el tamaño final más adecuado. También realizará una completa evaluación de la paciente, el tamaño y forma de sus mamas. Se comprobará la calidad y elasticidad de la piel para tratar de prever cómo será la recuperación.
En aquellos casos en los que la paciente planee ser madre y quiera amamantar, los expertos recomiendan discutir la situación en profundidad con el cirujano. Esta intervención podría afectar a la lactancia. Además, después de ser madre se pueden perder parte de los resultados de la mamoplastia de reducción.
En la jornada previa a la cirugía, se deben seguir a rajatabla las indicaciones del Dr. De Piero. Entre otras cosas, podrá recomendar que se eviten determinados tipos de medicación. Asimismo, la paciente deberá dejar de fumar durante al menos dos semanas antes, pues el tabaco dificulta la correcta cicatrización.

Procedimiento de la Reducción Mamaria

La cirugía de reducción mamaria se lleva a cabo con anestesia general. Para la intervención son necesarias por lo menos dos horas. Será el cirujano quien decida si la paciente puede volver a casa el mismo día o debe quedarse al menos una noche ingresada. Para garantizar el éxito de la cirugía, el profesional puede combinar diversas técnicas, buscando siempre el mejor resultado. Así, en caso de que exista un volumen muy excesivo, se puede recurrir incluso a la liposucción.
Se practican incisiones en cada seno, se retira el exceso de tejido y piel, y se manipulan los tejidos restantes para dejar unos senos más esculpidos y compactos. Las técnicas que suele emplear el Dr. De Piero son:

Incisión en T invertida

La reducción mamaria se realiza a través de una incisión en T invertida (incisión de ancla) o en T invertida pequeña, en función del tamaño de los pechos. Esta incisión se realiza alrededor de la circunferencia de la areola, verticalmente a lo largo del polo inferior de los senos, y horizontalmente a lo largo del pliegue inframamario (surco del seno).

Mastopexia combinada

La cirugía de reducción mamaria elimina el tejido mamario y la piel que contribuyen a que tengan una apariencia demasiado voluminosa. Este procedimiento se combina con una mastopexia (elevación de los senos) para tensar y levantar el tejido restante y reposicionar el conjunto de pezón y areola si es necesario. La mastopexia utiliza las mismas incisiones que la reducción mamaria, por lo que estas técnicas se realizan simultáneamente. La combinación de reducción y elevación aporta senos más pequeños y compactos que recuperan un aspecto juvenil.

Recuperación de la Reducción Mamaria

Como ya se ha señalado, la reducción mamaria se realiza con anestesia general. Por lo tanto, es preciso que alguien acompañe a la paciente y la lleve a casa tras la intervención. Asimismo, es muy importante que cuente con compañía al menos la primera noche para ayudarle en todas las actividades cotidianas. Es habitual tener la parte superior del cuerpo dolorida, por lo que no se debe forzar.
Se colocará un vendaje de compresión alrededor del pecho para minimizar la inflamación, promover la circulación y asegurarse de que los senos cicatricen correctamente. Es normal que durante los primeros días la zona esté inflamada, dolorida y que presente cierto grado de hematoma. Será el doctor quien se encargue de pautar una serie de medicamentos para hacer más llevaderas todas estas molestias.
Durante los primeros días se deberá guardar reposo y habrá muchas actividades cotidianas que la paciente no podrá realizar sola. Es de vital importancia que, durante estas primeras jornadas, no se hagan esfuerzos ni se eleven los brazos, evitando mojar o humedecer los vendajes, así como recibir golpes o presiones sobre las mamas. Se debe, igualmente colocar la cabecera de la cama a 45º con el fin de disminuir la inflamación.
Cualquier molestia se puede aliviar con los analgésicos que se le receten y reposo. La mayoría de las pacientes regresan al trabajo y a sus actividades habituales en dos semanas. Es necesario limitar cualquier movimiento vigoroso de la parte superior del cuerpo durante tres a cuatro semanas.

Resultados de la Reducción Mamaria

Los resultados de la reducción mamaria se notarán inmediatamente después de la intervención. Sin embargo, como habrá hematomas e inflamación, continuarán ajustándose con el paso del tiempo. Los resultados finales serán visibles cuando disminuyan los hematomas y la inflamación. Por norma general, pueden transcurrir de seis meses a un año hasta que se pueda ver el resultado final de la intervención.
En este sentido es importante tener en cuenta que se trabaja con tejidos vivos y que no todas las personas se recuperan igual. Es básico tener paciencia y tomarse un tiempo para acostumbrarse al nuevo torso.
Generalmente, los resultados de la reducción de pecho son duraderos e incluso permanentes. Eso sí, cualquier fluctuación significativa en el peso corporal afectará negativamente la apariencia de sus senos. Asimismo, si tras la cirugía la paciente es madre, se pueden perder parte de los resultados obtenidos, sobre todo en lo que a firmeza se refiere.

Dirección

Juan de Herrera nº 18, 7º. Santander.

Horario

Lunes a Viernes / 09h a 20h
Sábados / 09h a 13h

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