Cirugía reparadora

Reconstrucción mamaria en Salamanca

By febrero 10, 2017 febrero 27th, 2019 No Comments

El hospital de Salamanca realiza la primera reconstrucción de mama inmediata con tejido del abdomen

Pilar Morala lo tenía claro. Tras recibir el diagnóstico de un cáncer de mama todo era desconocido para ella, pero antes de saber si le iban a quitar el pecho, ella tenía claro que no quería perderlo: “Para mí era una mutilación y así es, porque realmente te lo están quitando”, afirma. Tras investigar, dio con una técnica de reconstrucción inmediata de la mama con tejido propio del abdomen y acudió al hospital de Salamanca.

Ella es de Zamora, y se ha convertido en la primera paciente que se somete en una misma intervención a la mastectomía y posterior reconstrucción con dicha técnica. El doctor Guillermo de Piero es el actual responsable de Cirugía Plástica del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca (CAUSA) y confirma que siempre que sea posible hay que intentar emplear esta técnica de reconstrucción, “porque tiene la ventaja de que se utiliza tejido propio de la paciente, que no se rechaza, y que de la ergonomía del cuerpo es el tejido que más se parece al glandular mamario”. En concreto, la piel, la grasa y la estructura es lo que más se parece. Pero insiste en que es una técnica compleja que requiere de una especialización muy particular.

En esta ocasión, la novedad no es la técnica en sí, que se emplea en el hospital salmantino desde hace unos tres años, sino el momento en el que se aplica. Hasta ahora, se hacía de forma diferida, es decir, meses después de que la mujer fuese intervenida por los cirujanos oncológicos. En el caso de Pilar, ha sido inmediata, y en un mismo tiempo quirúrgico se han realizado ambas tareas. “Los cirujanos oncológicos han quitado las lesiones malignas y en la misma intervención nosotros hemos realizado la reconstrucción”, subraya el doctor De Piero. Para este cirujano plástico, lo ideal es siempre hacerlo en la misma intervención, “porque la paciente entra con su mama y sale con ella reconstruida”.

De esta forma, no tendrá que pasar por una segunda cirugía, con todo lo que eso conlleva a nivel físico y psicológico. Guillermo de Piero reconoce que la complejidad existe, porque requiere de una anastomosis microvascular, una técnica quirúrgica mediante la cual se suturan dos cabos vasculares, ya sean ateriales o venosos, utilizando lentes de aumento, dado el tamaño milimétrico de dichos vasos. “Esto significa que sacamos una estructura del cuerpo con sus arterias y venas, y se anastomosa a otra arteria y otra vena en otra parte del cuerpo”, explica.

Un equipo multidisciplinar

Para realizar esta técnica se precisa de un equipo especializado multidisciplinar. En la operación de Pilar, que duró cerca de 10 horas, eran cuatro cirujanos plásticos y dos oncólogos, seis en total. “Lo más importante es que se ha hecho de manera inmediata y en un solo tiempo quirúrgico”, recalca. Algo que buscaba la paciente, y las razones están claras: “Porque se beneficia, no solo de los tiempos de anestesia, sino también emocional y psicológicamente, ya que la mama sale reconstruida en la misma intervención”. Mientras los cirujanos oncológicos retiran la lesión tumoral y hacen la mastectomía, a lo largo de dos horas, los cirujanos plásticos preparan lo necesario para ir ganando tiempo. “Un equipo de Cirugía Plástica reconstruye la parte del abdomen donde se ha obtenido el colgajo, mientras el otro se encarga de hacer la anastomosis”, relata.

Pilar Morala lo tenía claro en este sentido. “Cada cáncer es un mundo, pero yo estuve investigando y quería que me lo hicieran así, porque evito una operación, aparte del hecho traumático que supone salir con una cicatriz de lado a lado y sin pecho, que es distinto a salir y ver que aparentemente estoy bien”.

El equipo de Cirugía Plástica cuenta que se está trabajando para que se pueda elegir la técnica más apropiada para cada paciente de manera multidisciplinar. En el caso de Pilar, los profesionales sabían que después iba a recibir radioterapia, “y la reconstrucción con prótesis o expansores tiene una serie de complicaciones elevadas, por lo que no es recomendable”. Pero aclara que esta técnica no solo se puede utilizar en pacientes que van a recibir radioterapia, sino que puede llegar a muchas más.

Agradecimiento al personal

Pilar confiesa que pensaba que su cuerpo podía rechazar la prótesis, “porque no deja de ser un cuerpo extraño”, admite. Y cree que hay que dar a cada afectada la oportunidad de que elija dentro de un abanico de posibilidades. Esta paciente se siente muy agradecida tanto hacia el equipo que la intervino, como hacia el personal de Reanimación que la atendió durante cuatro días. “Me han dado seguridad, apoyo, información y cariño, lo que necesita una paciente en mi caso, porque no somos un numerito, somos personas”, reconoce. Su postoperatorio fue muy duro. “Hay que pasarlo, y en esos momentos pensaba que estaba ahí porque había hecho lo que quería, reconstruirme”, comenta. A Pilar la operaron hace tres semanas, el 19 de enero, y acaba de pasar su primera revisión, donde le han confirmado que todo va bien.

El doctor De Piero reconoce que es una cirugía compleja, e insiste en que cada paciente hay que elegir las técnicas más adecuadas, “pero hay mucha gente que puede beneficiarse de esta forma inmediata de reconstrucción”. Ella estuvo cuatro días en Reanimación porque el proceso requiere de una monitorización con anestesia, “y se tienen todos los cuidados necesarios para evitar cualquier tipo de complicación”. Este cirujano plástico indica que lo más crítico después de la operación son las primeras 72 horas; “para eso tiene seguimiento horario, un control, por si surge alguna complicación vascular con la anastomosis, porque monitorizamos tanto que entre sangre como que salga”. Al hablar de su estancia en Reanimación, Pilar se señala su cicatriz del abdomen, “de lado a lado”, para poder sacar el colgajo y trasladarlo al pecho.

Para realizar la reconstrucción inmediata, cada paciente debe de cumplir una serie de requisitos y una situación clínica determinada. “Debe tener tejido suficiente en el abdomen para reconstruir la mama, y después cerrar la zona, por lo que es complicado en mujeres muy delgadas”, advierte De Piero. Antes de la operación, los cirujanos plásticos seleccionan los vasos y, por ejemplo, Pilar contaba con un estudio vascular que servía para ver cómo tiene la irrigación de la pared abdominal y cómo estaban sus mamarias internas.

Difundir la información a más pacientes

Era la primera vez que Pilar entraba en un quirófano, y confiesa que es miedosa -“veo una aguja y me mareo”- y que solo había entrado en un hospital para dar a luz a sus dos hijos. “Mi lucha interna fue previa a la intervención, porque cuando te diagnostican un cáncer de mama no tienes ni idea de nada, y empiezas con un rosario de pruebas y de médicos, de preocupaciones, de contarlo o no y a quién”.

Ella estuvo trabajando hasta el último día para mantener su mente ocupada: “Yo me encontraba bien, no tienes síntomas, pero siempre existe una inquietud”. Ella quiere ser la voz para llegar a otras mujeres en su misma situación. “Si alguien se lo plantea, que no lo dude y lo haga”, concluye.