Tratamientos estéticos

¿Toxina botulínica o ácido hialurónico?

By noviembre 12, 2024 No Comments

La toxina botulínica y el ácido hialurónico son dos de los activos más populares para combatir los primeros signos del envejecimiento. Estos tratamientos estéticos, pese a sus similitudes, funcionan de maneras diferentes. Entender estas diferencias es crucial para elegir el tratamiento que mejor se adapte a tus necesidades y objetivos estéticos.

 

Toxina Botulínica y Ácido Hialurónico: ¿Qué son?

La toxina botulínica es una proteína producida por la bacteria Clostridium botulinum. Su principal función es relajar los músculos donde se inyecta, lo que ayuda a suavizar las arrugas y líneas de expresión que aparecen con el movimiento facial. Por ejemplo, es particularmente efectiva para tratar las líneas en la frente, el entrecejo y alrededor de los ojos, donde las expresiones faciales tienden a dejar marcas visibles a lo largo del tiempo. Los efectos de esta proteína son temporales, con una duración entre 4 y 6 meses, dependiendo del metabolismo individual del paciente entre otros factores.

Por otro lado, el ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra naturalmente en nuestro cuerpo, principalmente en el tejido conectivo. Su habilidad para retener grandes cantidades de agua lo hace ideal para tratamientos que buscan restaurar volumen y proporcionar hidratación profunda a la piel. Con la edad, la producción natural de ácido hialurónico disminuye, lo que contribuye a la pérdida de volumen y la aparición de arrugas y pliegues. Cuando se inyecta, el ácido hialurónico actúa como un relleno, restaurando el volumen en áreas como los labios, los pómulos y el surco nasogeniano. Además, estimula la producción de colágeno y elastina, para un efecto lifting facial. Los resultados pueden durar desde unos meses hasta dos años en función de diferentes factores.

¿Qué zonas se pueden tratar? 

La principal diferencia entre ambas sustancias radicas en las áreas de aplicación de las mismas. Así, la toxina botulínica puede aplicarse en el tercio superior de la cara, para tratar las arrugas de la frente, el entrecejo o alrededor de los ojos (patas de gallo). Por otro lado, el ácido hialurónico se emplea para hidratar en profundidad la piel y rellenar pliegues como en zonas como los labios o  la comisura bucal. También se utiliza para realzar los pómulos, suavizar las ojeras o dar volumen a los labios.

¿Pueden combinarse?

Una estrategia efectiva para el rejuvenecimiento facial a menudo involucra la combinación de ambos tratamientos, aplicando cada uno según las necesidades específicas del rostro del paciente. La toxina botulínica es excelente para suavizar arrugas dinámicas, el ácido hialurónico se utilizaría para rellenar y restaurar el volumen en las zonas afectadas por la pérdida de tejido suave. Esta combinación permite abordar tanto las arrugas causadas por la contracción muscular como aquellas resultantes de la pérdida de elasticidad de la piel, ofreciendo un enfoque integral que mantiene el rostro luciendo fresco y joven.

Elegir entre estas sustancias, o decidir usar una combinación de ambos, debe siempre realizarse bajo la guía de un profesional cualificado.

La importancia de un buen asesoramiento

Tanto la toxina botulínica como el ácido hialurónico ofrecen soluciones interesantes contra el envejecimiento facial, pero su elección debe basarse en una comprensión clara de lo que cada uno puede ofrecer y cómo pueden complementarse entre sí. Si estás considerando alguna de estas opciones, asegúrate de consultar con un profesional que pueda proporcionarte un enfoque personalizado.

Nosotros contamos con el Dr. Guillermo de Piero que evaluará tu rostro, tus expectativas y te explicará qué tratamiento ofrecerá los mejores resultados para tu caso particular. Siempre es importante recordar que, aunque ambos tratamientos son seguros cuando los administra un experto, cada uno requiere una aplicación cuidadosa y conocimiento especializado para optimizar los resultados y minimizar cualquier posible efecto adverso.

 

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